Sumergidas

Elche – España

‘Coser las piezas de que se compone el calzado para unirlas’, esa es la definición de aparar según la RAE. Sin embargo, para las mujeres de Elche que han pasado por la industria del zapato esa palabra lleva implícito mucho más

El calzado ilicitano ha llegado a ocupar gran parte del 27% de empleo sumergido que, según el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), da de comer a la provincia de Alicante.

Son una pieza clave en la cadena productiva del calzado, a pesar de llevar casi medio siglo obligadas a vivir en la invisibilidad de la economía sumergida. Para la mayoría de ellas no hay contratos ni sindicatos, y tampoco pensiones.

Dentro de Elche hay una industria camuflada. Cualquier día de la semana, domingos incluidos, el sonido de las máquinas de coser se escapa entre las persianas a medio cerrar. Miles de mujeres que, desde su casa o en talleres —la mayoría clandestinos—, hacen que la industria del calzado siga viva. Son aparadoras, un colectivo que no necesita presentación para ningún vecino. Muchos hogares han aguantado por el ingreso de una madre, hermana o hija que gana su jornal en la máquina de coser.

Aun siendo miles de aparadoras en la ciudad, no existen muchas fábricas o señales que anuncien la presencia de sus centros de trabajo. Se trata de una actividad económica vasta pero troceada en cientos de talleres que se camuflan por los barrios obreros de la ciudad, convirtiéndolos en fábricas invisibles.

No se puede explicar la industria del calzado sin hablar de la segregación por sexos, la cual ha tenido un papel fundamental en la economía sumergida